Tener miedo es algo común cuando se es un niño. Si recuerdas tu propia infancia, probablemente pienses en el monstruo que vivía bajo tu cama o en el miedo a quedarte solo en la oscuridad.
Como padre o cuidador, es posible que empieces a notar que tu niño pequeño expresa ansiedad o miedo por las tormentas eléctricas, los perros, el preescolar, la hora del baño, la hora de acostarse, la visita al médico o una docena de otras cosas. Aunque es imposible proteger completamente a tu niño de la experiencia del miedo, puedes ayudarlo a sobrellevarlo. Puede parecer una tontería que tenga miedo de meterse en la bañera porque piensa que un tiburón vive allí, pero este sentimiento es muy real para él. Por eso es importante aprender diferentes maneras de ayudarlo a superarlo.
Estos son algunos consejos de expertos para ayudar a tu niño a manejar los miedos:
Reconocer y validar los sentimientos
A menudo es fácil decir cosas como «no hay nada que temer», «no te asustes», o incluso «es una tontería, no te preocupes tanto». Pero cuando ignoramos, minimizamos o eliminamos los miedos de los pequeños, sencillamente los estamos dejando que se ocupen de algo angustioso por su cuenta. Es importante reconocer y validar los miedos de tu niño pequeño (sean racionales o no). «¡Vaya! ¡Los tiburones dan miedo! ¡No me extraña que no quieras meterte en la bañera! Pero recuerda, los tiburones viven en el océano y nunca, nunca encontrarás uno en nuestra bañera.» Esto puede proporcionar una pequeña pero significativa sensación de confort, simplemente porque reconociste y te identificaste con su miedo.
Hablar de los miedos
La mayoría de los miedos, incluso para los adultos, provienen de lo desconocido. Estar a oscuras, ir al médico o asistir a al preescolar por primera vez puede ser increíblemente aterrador, sobre todo porque tu niño no sabe lo que va a pasar. Recuerda que los niños pequeños tienen una imaginación increíble. Si no entienden algo o no saben qué esperar, es fácil que se sientan verdaderamente asustados. Explora el miedo de tu niño con él. ¿En qué estás pensando? ¿Qué crees que puede pasar? Hacer preguntas te ayudará a dar respuestas, y esas respuestas le ayudan al niño a sentirse más seguro sobre lo que puede esperar. Puedes incluso jugar a situaciones en las que él sienta miedo o hacer un divertido juego de sombras en una habitación oscura (nuestro programa BabySparks ofrece formas divertidas de hacerlo).
Por tu niño, ten calma y confianza
Seguramente habrás notado que tu niño pequeño te mira para pedirte una pista en ciertas situaciones. Por ejemplo, cuando conoce a una nueva persona, puede que compruebe tu reacción antes de reaccionar él. También conocida como referencia social, es la forma que tiene de tranquilizarse, sabiendo que alguien en quien confía se comporta de forma tranquila y segura, incluso si no está seguro de las circunstancias. Por lo tanto, si actúas con valentía, será más fácil para él sentirse valiente. Sin embargo, esto es sin duda más fácil de decir que de hacer. Cuando ves que tu niño tiene miedo, tu instinto natural es protegerlo o alejarlo de la fuente del miedo. Pero recuerda, la idea es ayudarle a aprender a tratar con el miedo. Recuérdale que está bien sentir miedo y anímalo a ser valiente. Y lo más importante, mantente tranquilo, animado y positivo.
Sé paciente
Desafortunadamente, no hay palabras, frases o acciones mágicas que borren completamente los miedos de la mente de tu niño. Ayudar a un niño pequeño a superar el miedo lleva tiempo y mucha paciencia. Recuerda dar pequeños pasos hacia la superación de los miedos. Reconocer el miedo, hablar de él y permitirle sentir tu valentía son pasos pequeños pero significativos en la dirección correcta.
Cuando el miedo va más allá
Siempre es importante recordar que el miedo es una parte natural del crecimiento. Sin embargo, si sientes que el miedo (o los miedos) de tu pequeño son demasiado grandes, hay dos alertas principales a las que debes prestar atención:
(1) Se obsesiona con ello. Menciona la fuente de su miedo varias veces al día y ha estado obsesionado con él durante un largo período de tiempo.
(2) Se interpone en el camino de su desarrollo o disfrute de la vida. Por ejemplo, no quiere jugar fuera o asistir a una fiesta de cumpleaños porque tiene miedo de los perros. Sabes que ha ido demasiado lejos si el miedo le impide hacer las cosas que le gustan o participar en eventos importantes.
Si sientes que lo anterior está pasando, tu pediatra o un profesional de la salud mental pediátrica puede ayudarle a superarlo.
¿Tu niño pequeño tiene miedo de la oscuridad? Para obtener consejos específicos sobre este tema, consulta nuestro artículo sobre los miedos nocturnos de los niños pequeños.